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Al otro lado del Lago Como: las bellezas de Lecco

Esta zona también nos ofrece otros platos más contundentes, típicos de la cocina de montaña. En este sentido, un delicioso descubrimiento es la büseca, a base de tripa de ternera cocinada con alubias, parmigiano reggiano rallado, mantequilla y zanahorias.

Siguiendo de paseo por la orilla del lago de Como, hoy, nos dirigimos a su lado más oriental. Acompañados por la hermosura de la vegetación circunstante, y por los magnificentes paisajes que abrazan la zona, avanzamos con la sensación de estar por descubrir una pequeña  “joya”. ¡Y así es! Rodeada, en el lado norte y sur-este,  por una cadena montuosa de notable altura, compuesta por la resplandeciente roca dolomítica, los picos de Resegone custodian y nos desvelan la preciosa: Lecco.

Nacida para acoger apenas 48.000 personas, esta bonita localidad ha sido nombrada, en el 2013, como Ciudad alpina del año. Este reconocimiento viene asignado por la Convenzione delle Alpi, un organismo internacional compuesto por los 8 estados alpinos miembros (Austria, Francia, Alemania, Italia, Liechtenstein, Principado de Mónaco, Eslovenia y Suiza) junto con la Comunidad Europea, quién se encarga de elegir, cada año, la localidad del arco Alpino que más haya destacado por políticas ecológicas y medidas de desarrollo sostenible. Lecco, en efecto, disfruta de una posición geográfica envidiable,  con un clima suavizado por la presencia del lago cuya temperatura, durante los meses invernales, nunca desciende por debajo de los 7º.   Por lo contrario, en verano, la zona está expuesta a corrientes de aire generadas por la cercanía con las montañas, que garantizan unas temperaturas frescas y agradables, prácticamente perfectas para gozar de las vacaciones en las épocas más calurosas.

Así, pues, no sería una exageración afirmar que ¡Lecco, lo tiene todo! Su territorio está considerado, por los expertos, como el  maravilloso resultado de la dispersión de un bloque de tierra errático, es decir transportado por el hielo de los glaciares. Pues,  antiguamente, esta zona estaba enteramente recubierta por enormes capas de hielo que empezaron a deshacerse, poquito a poco, dejando emerger a la tierra. Mientras tanto, de las montañas, empezaron a descender generosos cursos de agua que, pronto, encontraron su destino en la cuenca dejada vacía del hielo. Así, es cómo se formó el famoso lago de Como, alrededor del cual se ha ido levantando la bella Lecco. Precisamente, este lugar ha sido protagonista de importantes obras pertenecientes a la más clásica literatura italiana, como “I Promessi Sposi”, del famoso escritor milanés Alessandro Manzoni.

Asimismo, los paisajes que acarician la zona resultan de tal belleza, que sus encantos han sido también capturados en las obras del mismísimo maestro, Leonardo Da Vinci. El gran artista toscano, pues, no quedó indiferente frente al escenario natural del territorio Lecchese, que decidió plasmar e inmortalizar en el código Windsor. El dibujo incluido en estos manuscritos muestra una bonita vista de Lecco, durante la edad media, mientras viene inundada por una fuerte y copiosa lluvia, típica de los días de primavera. En este sentido, es importante destacar que las mismas rocas que el gran maestro Da Vinci quiso representar en sus obras más conocidas, como “La Gioconda” o “La Virgen de las Rocas”, parecen pertenecer al entorno paisajístico de Lecco. Esta interpretación no ha sido privada de críticas, aunque, las mismas, simplemente han contribuido a fortalecer la imagen poética y pintoresca que la ciudad detiene por su misma naturaleza.

Asimismo, su historia, que aparece también reflejada en las estructuras arquitectónicas bien custodiadas en el centro ciudadano, nos testimonia la sucesión de distintas dominaciones, como la española y la austriaca, a las cuales ha sido expuesta. Tras la caída del Ducado de Milano, en efecto, Lecco pasó al poder de España, con Carlos V. El monarca la convirtió en una importante “piazzaforte” militar, un lugar altamente defensivo fortificado con construcciones típicas de la época, como son los castillos militares. En este tormentoso periodo, se dio a conocer el condotiero Gian Giacomo Medici, el cual, tras protagonizar actos de piratería, se hizo primero con el dominio de la zona; y luego, pasado al bando de Carlos V, cumplió con los diseños dictados por la Corona de España.

Asimismo, Lecco ha sido también protagonista de la historia italiana más recién, y dolorosa, destacando por su actividad partigiana, participando activamente en la lucha por la liberación del régimen fascista, en los años 1943 hasta el 1945. Por esta razón, la ciudad fue condecorada con la prestigiosa Medalla de plata al valor militar, concedida por la República Italiana, en el  1974. A testimonio de aquellos años, largos y ensangrentados, quedan algunas construcciones y celebraciones, que han entrado en el calendario de los actos de la ciudad. Así, pues, cada 7 de Marzo se recuerdan los obreros de una fábrica de Lecco que, tras una huelga, han sido deportados en el campo di concentración de Mauthausen, en el 1944. También, cada 12 de Julio, se celebra el aniversario del exterminio de 67 personas, recordadas como los mártires de Fossoli.

En este contexto, pues, merece la pena visitar el Santuario de Nuestra Señora de la Vitoria,  erigido por voluntad popular como símbolo del escapado peligro de muerte, y dedicado a  la memoria de los caídos de la “Grande Guerra” (1914-1918). Además, siguiendo con la simbología, os señalamos el denominado “Palazzo delle Paure” ósea, Palacio de los miedos. Este edificio, que se encuentra en la céntrica plaza, XX Septiembre, fue sed de la Cámara de comercio instituida por Napoleón. El emperador francés quiso mantener, en la primera planta, un amplio y luminoso porticado para poder contemplar la vista del golfo desde la plaza. Sin embargo, los ciudadanos, pronto rebautizaron el edificio como el “Palacio de los miedos” ya que este representaba la sed en dónde, hasta el 1964, acudían para pagar los impuestos. Actualmente, este espacio ha sido convertido en área para exposiciones de arte contemporánea y también galería de obras temporáneas.

Hay todavía más secretos y encantos relacionados con Lecco, que no terminan con su idílica localización geográfica, ni con sus privilegiados paisajes. Otras maravillas sobre las tradiciones de este lugar se encuentran, pues, al alcance de nuestras mesas. Tanto es así, que un plato típico de la zona está constituido por la clásica sopa de cebollas, en aceto balsámico. Las nuestras, en efecto, provienen de aquí, seleccionadas para logar el sabor más auténtico de las recetas caseras. A Lecco, pues, la sopa de cebollas se prepara con mantequilla, caldo de carne y picatostes de pan, previamente grillados. ¡Una verdadera delicia!

 

Esta zona también nos ofrece otros platos más contundentes, típicos de la cocina de montaña. En este sentido, un delicioso descubrimiento es la büseca, a base de tripa de ternera cocinada con alubias, parmigiano reggiano rallado, mantequilla y zanahorias. Este es un plato humilde que está directamente relacionado con los ritos navideños, ya que en Lecco lo suelen consumir en noche buena, después de la tradicional misa de media noche.

Si, además, quisiéramos probar otras recetas “pobres”, pero de exquisito sabor, tendríamos que pedir una rüsümada. Huevos, azúcar y un par de vasos de vino tinto son los ingredientes principales que componen este simple dulce, toda una delicia para el paladar. Con la misma base, además, simplemente sustituyendo el vino tinto, por el Marsala, y cocinando las yemas de los huevos muy lentamente, llegaríamos a obtener un riquísimo sabayón.

Nuestra visita ha llegado a su fin. Es el momento de despedirnos de Lecco y lo hacemos con la sensación de haber conocido un lugar que quiere ser mucho más que un bonito municipio a orilla del lago. Lecco, pues, a través de los ejemplos de orgullo y valentía que su historia nos ha restituido, nos ha acercado un poco más a la esencia de la tradición italiana. Así, pues, las vivencias de sus habitantes piden ser recordadas de muchas maneras, ya sea con monumentos o con recetas típicas. En Lecco, como en La Tagliatella, ¡lo importante es compartir!

Nuestra aventura prosigue ahora a 35km desde aquí, hacía otra ciudad de la región Lombardía, que es también capital de provincia: próxima parada, Bérgamo.